INNOVACIONES MATEMÁTICAS EN ARQUITECTURA: LAS PIRÁMIDES DE TEOTIHUACAN Y LA ISLA DE TENOCHTITLÁN

 Las pirámides de Teotihuacan y la isla de Tenochtitlán son dos ejemplos impresionantes de la arquitectura mesoamericana, que reflejan profundas creencias culturales y religiosas a través de la simetría. En Teotihuacan, las pirámides del Sol y de la Luna no solo son monumentos imponentes, sino que su simetría meticulosa en dimensiones y alineaciones astronómicas tiene un propósito espiritual y calendárico, conectándose con la adoración de divinidades cósmicas y eventos celestiales. Esta simetría encarna la cosmovisión de la civilización que las construyó, mostrando que la arquitectura es más que estética: es una expresión de lo divino y natural.

 

En contraste, Tenochtitlán exhibe una simetría urbana en sus calles y canales, arraigada en la cosmovisión azteca que buscaba armonía con la naturaleza y el orden cósmico. La ciudad misma se consideraba un reflejo del universo, con una planificación que honraba elementos naturales como el agua y la tierra. La simetría en Tenochtitlán habla de una profunda conexión con el mundo natural y la búsqueda de equilibrio en un entorno complejo.

 

La comparación entre ambas revela la diversidad en cómo la simetría puede expresar creencias culturales. Teotihuacan buscaba conectar con lo divino a través de la imponencia celestial, mientras que Tenochtitlán buscaba encontrar orden en la naturaleza. Estos logros arquitectónicos atestiguan la riqueza de la historia mesoamericana y cómo la simetría en la arquitectura puede ser una ventana hacia las almas y creencias de las civilizaciones que las construyeron.

 

En resumen, las pirámides de Teotihuacan y la isla de Tenochtitlán representan no solo logros arquitectónicos notables, sino también expresiones profundas de las creencias culturales y espirituales de las civilizaciones mesoamericanas a través de la simetría en su diseño y disposición. Estos monumentos continúan inspirando admiración y reflexión en la actualidad.