LA SECCION GOTICA
Antonio Gaudí, el genio arquitectónico, navegó por diversas disciplinas sin atenerse a un estudio formal. Su amor por el color y la reutilización de materiales reflejó su compromiso con la sustentabilidad. Sus diseños, caracterizados por formas orgánicas y parabólicas, desafiaron las convenciones arquitectónicas.
La ubicación de la Sagrada Familia surgió como respuesta a amenazas de cambios en el barrio gótico y la modernización de Barcelona. Inicialmente concebido como un experimento, este edificio rompió barreras góticas y tomó casi dos décadas para que el cliente viera los primeros planos. Las columnas interiores evocan árboles que se elevan hacia el cielo, mientras la combinación de luz y espacios blancos crea una experiencia única. Gaudí abogaba por el uso de luz de color en la base y luz blanca en la cima, generando cambios impactantes con las estaciones.
En el proyecto de Casa Milà, conocida como La Pedrera, Gaudí enfrentó cambios en el diseño original debido a la renuncia del cliente a elementos religiosos. Los diseños orgánicos se transformaron en líneas rectas, más simples para la construcción, aunque limitaron la expresividad de Gaudí. La realidad constructiva de sus proyectos, visible en sus impresionantes edificios, muestra la habilidad del arquitecto para superar desafíos.
La Capilla Colonia Güell, diseñada con la técnica "force finding form", representa ocho años de trabajo para crear un edificio paramétrico en una era sin herramientas digitales. Aunque menos conocida, es la mejor obra diseñada por Gaudí. Su sistema estructural basado en muros, sin acero, aporta riqueza a la construcción. La capilla destaca por su sustentabilidad, utilizando ladrillos y ventanas reciclados. Gaudí demostró su maestría al integrar la forma y la función, dejando un legado arquitectónico único.
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